¿Cuáles son las intervenciones más eficaces para prevenir la depresión? Hacia el paradigma de la prevención en entornos laborales

La depresión es considerada como la cuarta patología más grave en términos de carga por enfermedad a nivel mundial y la tercera en Europa. Tal es su incidencia que se estima que para el año 2030 pase a ser la segunda causa de carga de enfermedad en el mundo, estando solamente superada por el VIH/SIDA (Organización Mundial de la Salud, 2021). 

Como hemos explicado en otras ocasiones, la depresión no solo atañe a quienes la padecen y a sus círculos cercanos, sino que, por su grado de afectación e incapacitación, involucra a toda la sociedad. Tan solo en Europa, los costes atribuidos a la depresión superan los 120 millones de euros, mientras que en España se cifran en los 6000 millones de euros, de los que el 67% se corresponde con bajas laborales (Pineda, 2018).

Con todo esto, si consideramos que en España hay alrededor de 2,1 millones de personas diagnosticadas con algún tipo de cuadro depresivo y que, de estas, 230000 se encuentran en estado grave (Instituto Nacional de Estadística, 2020), se vuelve necesario emprender una batalla contra la depresión, pero inevitablemente surge una cuestión de peso, ¿basta con tratar la depresión o resulta más factible evitar su inicio?

El papel de la prevención en estados de depresión

Como es esperable a partir del razonamiento anterior, la prevención de la depresión y de cualquier otra patología será siempre más barata a nivel de costes materiales y humanos que el tratamiento de la enfermedad y sus secuelas individuales y colectivas (Conejo-Cerón et al.,2021).

Por supuesto, no se debe dar la espalda a aquellas personas que se encuentran afectadas por la depresión, pero el equilibrio en la buena práctica clínica radica en atender a la población que lo necesita y a la que, pese a no necesitarlo en el momento presente, podría requerir ayuda en un futuro (Hollon et al., 2006).

Esto último se puede ejemplificar del siguiente modo: Gracias a la evidencia científica y a los conocimientos reportados por la práctica clínica, sabemos que a priori cualquier persona libre de depresión es susceptible de desarrollar la enfermedad a lo largo de su vida. Teniendo esta información se despliegan dos opciones (1) podemos esperar a que la enfermedad debute y, llegado ese momento, administrar un tratamiento, o (2) podemos anticiparnos a que esto ocurra y proveer a la persona de herramientas que impidan la aparición de la depresión. Mientras que la primera opción acarrea costes sanitarios, pérdidas atribuidas a bajas laborales y un coste subjetivo de sufrimiento para la persona y sus seres queridos, la segunda opción genera ganancias en salud, motivación y sensibilización hacia la promoción de hábitos de vida saludable (Smit et al., 2004).

A nivel ético está claro que la opción más deseable siempre será la segunda, puesto que no solo omite costes, sino que mejora lo que inicialmente estaba “bien”. Esto nos llevaría a la siguiente gran cuestión que sería establecer qué es lo que mejor funciona para prevenir la depresión. 

¿Cuáles son las intervenciones más eficaces para prevenir la depresión?

Independientemente de si se trata de un tipo de prevención universal, selectiva o indicada, los enfoques que mejores resultados han reportado para la prevención de la depresión son la terapia cognitivo conductual, la terapia interpersonal, el enfoque en solución de problemas y otras técnicas como la terapia de aceptación y compromiso y la modificación de sesgos cognitivos (Cuijpers et al., 2021; Vázquez et al., 2014). En términos económicos, las intervenciones que reflejan una mejor tasa de coste-efectividad son la terapia cognitivo conductual, la psicoterapia, la farmacoterapia y el entrenamiento físico (Conejo-Cerón et al., 2021).

A pesar de estos buenos resultados, las nuevas tendencias interventivas han dado un paso más allá, al poner el foco sobre la importancia de la prevención dentro de los entornos laborales (Hogg et al., 2021), ya que, al fin y al cabo, la población activa pasa alrededor de 40 horas semanales de media en su puesto de trabajo, lo que puede convertirse en causa para el estrés y la depresión y en una limitación para el acceso a proveedores de salud mental por falta de tiempo (Nigatu et al., 2019). 

En este sentido, los resultados no difieren en exceso, mostrando que, en entornos laborales, la mejor forma de prevenir la depresión es mediante la promoción del ejercicio físico (Bordado-Sköld et al., 2019), el entrenamiento en mindfulness y la psicoeducación en relación a la salud física, psicológica y social (Bartlett et al., 2018; Bellón et al., 2019). En cuanto a esto último, toma especial importancia el trabajo psicosocial centrado en la mejora de las relaciones interpersonal y la resolución de problemas (Bellón et al., 2018), puesto que esto correlaciona con un incremento del bienestar percibido y de la calidad del sueño (Restrepo y Lemos, 2021).

Prevención de la depresión como aliada para el bienestar social

La prevención es un tema que nos importa a todas las personas, puesto que las enfermedades nos afectan tanto de forma directa como indirecta (Pineda, 2018). Como agentes de salud y ciudadanos/as al servicio del bienestar social, nos encontramos en el derecho de poder acceder a herramientas que nos permitan mejorar nuestro bienestar y evitar la incidencia de enfermedades graves como la depresión. Asimismo, tenemos el deber de difundir esas herramientas y la evidencia que las sustentan con el fin de promover el bienestar social o colectivo.

En este sentido, herramientas como e-pD-WORK cumplen con este objetivo gracias a la implementación de algoritmos de riesgo para la toma de decisiones. A través de las potencialidades de las nuevas tecnologías hemos patentado potentes calculadoras capaces de predecir tu riesgo de depresión de aquí a un año y, en función de eso, recomendarte módulos de promoción de la salud que se ajustan al tipo de necesidades que mejor se adaptan a tu perfil. No solo cubrimos el malestar subjetivo, sino que además sumamos la prevención de riesgos laborales psicosociales, con el fin de integrar la prevención convencional de la depresión con las nuevas tendencias interventivas.

Del mismo modo que acudimos a revisiones médicas para confirmar que estamos bien y llevamos a cabo acciones que aseguran que nuestra salud perdure, es importante que tomemos medidas para cuidar de nuestra salud mental. Además, como puedes ver, hay una amplia variedad de intervenciones eficaces y herramientas que facilitan que puedas disfrutar de sus beneficios sin la necesidad de poner en riesgo tu tiempo libre, más aún si entramos en el terreno de las m-health

Desde el equipo e-pD-WORK trabajamos cada día para mejorar tus conocimientos sobre salud y tus estrategias para que en lugar de estar solamente “bien”, puedas estar cada día un mejor. Únete a la familia WORK desde hoy mismo 🙂  

BIBLIOGRAFÍA

Bartlett, L., Martin, A., Neil, A. L., Memish, K., Otahal, P., Kilpatrick, M., & Sanderson, K. (2019). A systematic review and meta-analysis of workplace mindfulness training randomized controlled trials. Journal of occupational health psychology, 24(1), 108.

Bellón, J. Á., Conejo-Ceron, S., Cortes-Abela, C., Pena-Andreu, J. M., Garcia-Rodriguez, A., & Moreno-Peral, P. (2019). Effectiveness of psychological and educational interventions for the prevention of depression in the workplace. Scandinavian Journal of Work, Environment & Health, 45(4), 324-332.

Conejo-Cerón, S., Lokkerbol, J., Moreno-Peral, P., Wijnen, B., Fernández, A., Mendive, J. M., … & Bellón, J. Á. (2021). Health-economic evaluation of psychological interventions for depression prevention: Systematic review. Clinical psychology review, 88, 102064.

Cuijpers, P., Pineda, B. S., Quero, S., Karyotaki, E., Struijs, S. Y., Figueroa, C. A., … & Muñoz, R. F. (2021). Psychological interventions to prevent the onset of depressive disorders: A meta-analysis of randomized controlled trials. Clinical Psychology Review, 83, 101955.

Hogg, B., Medina, J. C., Gardoki-Souto, I., Serbanescu, I., Moreno-Alcázar, A., Cerga-Pashoja, A., … & Amann, B. L. (2021). Workplace interventions to reduce depression and anxiety in small and medium-sized enterprises: A systematic review. Journal of affective disorders, 290, 378-386.

Hollon, S. D., Thase, M. E., y Markowitz, J. C. (2002). Treatment and prevention of depression. Psychological Science in the public interest, 3(2), 39-77.

Nigatu, Y. T., Huang, J., Rao, S., Gillis, K., Merali, Z., & Wang, J. (2019). Indicated prevention interventions in the workplace for depressive symptoms: a systematic review and meta-analysis. American journal of preventive medicine, 56(1), e23-e33.

Instituto Nacional de Estadística (2021). La salud mental en la pandemia. Recuperado de: https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INECifrasINE_C&cid=1259953225445&p=1254735116567&pagename=ProductosYServicios%2FINECifrasINE_C%2FPYSDetalleCifrasINE

Organización Mundial de la Salud (2021). Depresión. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression

Pineda, D. (2018). Procesos transdiagnósticos asociados a los síntomas de los trastornos de ansiedad y depresivos (Doctoral dissertation, UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia (España)).

Restrepo, J., y Lemos, M. (2021). Addressing psychosocial work-related stress interventions: A systematic review. Work, (Preprint), 1-10.

Smit, F., Beekman, A., Cuijpers, P., De Graaf, R., y Vollebergh, W. (2004). Selecting key variables for depression prevention: results from a population-based prospective epidemiological study. Journal of affective disorders, 81(3), 241-249.

Vázquez, F., Blanco, V., Torres, Á., Otero, P., & Hermida, E. (2014). La eficacia de la prevención indicada de la depresión: una revisión. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 30(1), 9-24.



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