Apps para la salud: Mejorando la calidad de vida con ayuda de la tecnología

Las aplicaciones para móvil se han convertido en un imprescindible para muchas personas y es que cada día se lanzan nuevas aplicaciones con gran variedad de usos y distintos públicos objetivos.

Existen aplicaciones para interactuar con otras personas, aplicaciones lúdicas e incluso aplicaciones que complementan fácilmente las actividades cotidianas, siendo un buen ejemplo de ello las aplicaciones para la promoción de la salud que poco a poco se están abriendo paso en Smartphones de personas de todas las edades.

Cuidar de nuestra salud es una carrea de fondo y las apps para móvil parecen ser un gran aliado en este sentido, por este motivo, en el post de hoy vamos a explorar las características de las aplicaciones de salud, su grado de aceptabilidad entre la población y algunas de sus potencialidades como recurso de interés social.

¿Qué caracteriza las apps de salud?

Las apps de salud se engloban dentro de la denominada m-health y suelen basar su funcionamiento en el objetivo para el que fueron diseñadas. Hay apps dirigidas al diagnóstico, al tratamiento e incluso a la monitorización de síntomas, mientras que hay otras que se dedican a pautar comportamientos para promover la salud (McKay, 2019; Payne et al., 2015), como es el caso de e-pD-WORK, que además de ofrecer información útil y personalizada, provee a sus usuarios de herramientas para mejorar su estado de salud.

Lo más interesante es que las aplicaciones destinadas al cuidado de la salud están disponibles en todo momento, de ahí que muchos facultativos recomienden su uso a los pacientes (Singh et al., 2016). Si bien es cierto que una aplicación no puede sustituir en muchos casos la atención médica, sí que constituye un apoyo terapéutico óptimo, especialmente cuando se trata de implementar conductas saludables, como es el caso de la actividad física, la mejora de las habilidades comunicativas o el manejo del estrés (Kratzke y Cox, 2012).

¿Qué opinan los usuarios sobre las aplicaciones para promover la salud?

Merece la pena considerar que si el nicho de las apps de salud se está explotando es porque funciona y muestra buena aceptación entre los usuarios. Más allá de esas suposiciones y según han comprobado estudios previos, la aceptabilidad de las aplicaciones de salud resulta muy favorable, al igual que las reviews que hacen los usuarios al respecto (Gordon et al., 2020).

En muchos casos puede parecer que las apps para cuidar de la salud no tienen tanto gancho como apps de videojuegos o las diversas redes sociales existentes, pero en ese sentido tenemos que contemplar que el uso a nivel usuario se encuentra estrechamente vinculado a la propia usabilidad de la aplicación (Kratzke et al., 2012).

Esto quiere decir que una vez que la persona cumple con la función de la aplicación de salud (aprender algo nuevo, hacer alguna actividad, realizar un registro, etc.) no necesitará volver a utilizarla hasta la siguiente sesión. Un buen ejemplo de esto pueden ser las apps para running o las apps menstruales. Mientras que en el primer caso los/as usuarios/as solo se conectan para registrar y comparar sus retos deportivos, en el segundo, los/as usuarios/as se conectarán exclusivamente para registrar datos concernientes al ciclo menstrual. Y aunque esta clase de conexiones sean puntuales, por el hecho de estar realizándose, ya están mostrando un engagement, ya que guardan congruencia con el objetivo de cada aplicación.

¿Qué nos pueden ofrecer las apps para mejorar la salud?

En primera instancia, las apps para la salud prometen lo esperable, una mejora en la salud; sin embargo, más allá de eso, esta modalidad de aplicación ha llegado a ser definida como un elemento motivacional importante hacia la búsqueda y mejora activa de la calidad de vida. Esto se debe a que las aplicaciones para la salud actúan como recordatorios para implementar hábitos saludables, al tiempo que propician la educación en salud, la modificación conductual, y la adherencia a tratamientos, además de ser un recurso muy útil en los sistemas de toma de decisiones desde el punto de vista de los profesionales de la salud (Kratzke et al., 2012).

Además de las funciones ya señaladas, las aplicaciones para la salud están debutando en la prevención y cuidados de enfermedades graves como la depresión, en la gestión de las interacciones profesional-paciente, en la difusión de la evidencia científica a distintos estratos sociales e incluso en la provisión de recursos para la salud (Singh et al., 2016), como sería la difusión de la Línea 024 a la conducta suicida, o los recordatorios para las campañas de vacunación, lo cual resulta especialmente relevante para los grupos desfavorecidos que no tienen fácil acceso a esta información.

Las apps de promoción de la salud son en sí mismas una oportunidad para gestionar y optimizar las actitudes dirigidas a mejorar la salud y la calidad de vida. Sus potencialidades son notorias y cada día más facultativos recomiendan su uso.

e-pD-WORK se trata de una aplicación apoyada en algoritmos de riesgo predictivo capaces de calcular el riesgo de depresión en el momento presente y dentro de un año, arrojando como resultado intervenciones adaptadas a las características de cada usuario/a. Como app de elevada calidad, ofrece herramientas para la mejora de la salud avaladas por la evidencia científica, así como información fidedigna basada en evidencia reciente y contrastada a nivel académico y clínico.

Como se puede comprobar, mejorar la calidad de vida con ayuda de la tecnología es posible y es que el cuidado de la salud nunca había estado tan al alcance de la mano. ¡Basta con coger el móvil y comenzar el reto de vivir bien!

REFERENCIAS:

Gordon, W. J., Landman, A., Zhang, H., y Bates, D. W. (2020). Beyond validation: getting health apps into clinical practice. NPJ Digital Medicine3(1), 1-6.

Kratzke, C., y Cox, C. (2012). Smartphone technology and apps: rapidly changing health promotion. Global Journal of Health Education and Promotion15(1).

McKay, F. H., Wright, A., Shill, J., Stephens, H., y Uccellini, M. (2019). Using health and well-being apps for behavior change: a systematic search and rating of apps. JMIR mHealth and uHealth7(7), e11926.

Payne, H. E., Lister, C., West, J. H., y Bernhardt, J. M. (2015). Behavioral functionality of mobile apps in health interventions: a systematic review of the literature. JMIR mHealth and uHealth3(1), e3335.

Singh, K., Drouin, K., Newmark, L. P., Lee, J., Faxvaag, A., Rozenblum, R., … y Bates, D. W. (2016). Many mobile health apps target high-need, high-cost populations, but gaps remain. Health Affairs35(12), 2310-2318.



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