AGENDA 2030. HACIA UN MODELO ORGANIZACIONAL SALUDABLE Y SOSTENIBLE
¿Y si te decimos que la salud no es un coste, sino una inversión? ¿Y que nuestra salud no solo repercute en nuestro entorno inmediato sino también en todo el entramado socioeconómico que nos rodea?
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a nivel mundial se pierde más del 4% del PIB anual como consecuencia de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo, lo que repercute de forma directa e indirecta en gastos gubernamentales y organizacionales (OIT, 2016).
Si bien existen determinados incidentes relacionados con el trabajo que no se pueden evitar, ya que dependen de variables no controlables, la minimización de estos sí que es posible cuando se logra involucrar de manera activa a las organizaciones de trabajadores/as y empleadores/as con el fin último de promocionar las condiciones necesarias para mejorar la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) (Edmondson, 2018). En este sentido, los planes de Desarrollo Inclusivo y Sostenible tienen mucho que aportar y es que la sostenibilidad no se puede alcanzar si los/as agentes encargados/as de hacerla posible, es decir, los/as ciudadanos/as del mundo, no se encuentran en adecuadas condiciones de salud física, psicológica y social (Martín-Daza, 2013).
Salud laboral y Objetivos de Desarrollo Inclusivo y Sostenible
La SST ya no solo busca una consecución de objetivos de prevención aislados, sino que desde hace tiempo se ha hermanado con los Objetivos de Desarrollo Inclusivo y Sostenible (ODS) para alcanzar un impacto profundo con sus iniciativas (MacNaughton y Frey, 2015). Más en concreto, si nos centramos en las metas 8.8 y 16.6 de la Agenda 2030 (Naciones Unidas, 2018), podemos ver cómo la protección de los derechos laborales y la promoción de la seguridad y calidad del trabajo son entendidas como derechos y deberes fundamentales para todos los estratos sociales:
Meta 8.8: «Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los/as trabajadores/as, incluidos los/as trabajadores/as migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.»
Meta 16.6: «Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas”.»
El sentido de esto radica en que la salud se traduce en productividad y estas, a su vez, tienen la capacidad de actuar como garantes de que se está proveyendo a la población de trabajo decente en lo que se obtienen resultados fidedignos de desarrollo sostenible (Vargas-Martínez et al., 2021). Visto a pequeña escala podríamos considerar que un volumen no muy significativo de problemáticas relacionadas con el trabajo no tendría impacto más allá de alguna que otra baja y el enlentecimiento de una organización aislada; sin embargo, si ampliamos la visión a los distintos sectores que componen la economía global, es posible comprender la importancia de incidir sobre el modelo laboral poco saludable sobre el que venimos desarrollándonos (World Health Organization, 2018).

*Nota. Elaboración propia adaptada de Seguridad y salud en el lugar de trabajo, de Organización Internacional del Trabajo, 2022. Recuperado de: https://www.ilo.org/global/topics/dw4sd/themes/osh/lang–es/index.htm
La sostenibilidad más allá de las nociones convencionales
La sostenibilidad, ha cobrado un amplio interés dentro de la Psicología Organizacional en los últimos años, dada su indudable importancia. No es de extrañar, por lo tanto, que dentro de su catálogo de iniciativas se haya integrado el papel de las personas trabajadoras, que al fin y al cabo son el motor de la economía.
De hecho, si nos remontamos al informe Brundtland (World Commission on Environment and Development, 1987), ya se esgrimía un primer acercamiento hacia el concepto de responsabilidad corporativa, que se definía como el deber social que tienen las organizaciones para mejorar la competitividad y la generación de valor, ya no solo en cuanto a rentabilización de la empresa, sino a la construcción de un futuro sostenible para las generaciones venideras. Esta visión a futuro solo resulta posible si disponemos de agentes clave con motivación y salud suficientes para hacerlo posible (Reig-Botella y Pantín, 2019).
Los/as trabajadores/as sanos mejoran su productividad y buena disposición, lo cual se refleja en el descenso de los índices de absentismo y siniestralidad, así como en la rentabilidad de la organización. Esto se debe a que cada persona tiene la capacidad de aportar un valor incalculable e intransferible a su puesto de trabajo (Vargas‐Martínez et al, 2021). Este potencial se ve potenciado cuando la persona trabajadora, la propia organización y la comunidad se encuentran en sintonía para un desarrollo conjunto. Esto, según Reig-Botella y Pantín (2019) se vuelve posible a través de:
- La regulación mediante leyes de las normas internacionales del trabajo, así como la emisión de políticas transversales que fomenten el diálogo social.
- La mejora y formalización de las empresas y los/as trabajadores/as.
- La mejora y el cumplimiento de las normas en el lugar de trabajo, mediante el fortalecimiento de la capacidad de administración e inspección laboral.
- La prestación de asesoramiento en materia de políticas y cooperación centrada en las formas inaceptables de trabajo.
- La cooperación con organizaciones de trabajadores/as y empleadores/as.
Todas estas acciones clave, inciden tanto directa como indirectamente en el salud de los/as trabajadores/as y consecuentemente en su rango de acción sobre sus actividades asignadas y el impacto residual fruto de la responsabilidad corporativa de su empresa para con el mundo.
Recuerda, la clave del éxito de una empresa y de la sociedad en su conjunto se encuentra en su capital humano. Desde e-pD-WORK trabajamos cada día para hacer tu vida mejor. Si quieres mejorar tu salud laboral desde hoy mismo no dudes en unirte a nuestro proyecto de forma totalmente gratuita. ¡La salud es tu mejor inversión! 😊
BIBLIOGRAFÍA
Edmondson, A. C. (2018). The fearless organization: Creating psychological safety in the workplace for learning, innovation, and growth. John Wiley & Sons.
MacNaughton, G., & Frey, D. F. (2015). Decent work, human rights and the sustainable development goals. Geo. J. Int’l L., 47, 607.
Martín Daza, F. (2013). Una perspectiva internacional sobre la formación en materia de seguridad y salud en el trabajo. Medicina y seguridad del trabajo, 59(231), 171-175.
Naciones Unidas (2018). La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G. 2681-P/Rev.3). Santiago.
Organización Internacional del Trabajo (2016). La agricultura: un trabajo peligroso. Recuperado de: https://www.ilo.org/global/topics/safety-and-health-at-work/areasofwork/hazardous-work/WCMS_356566/lang–es/index.htm
Organización Internacional del Trabajo (2022). Seguridad y salud en el lugar de trabajo. Recuperado de: https://www.ilo.org/global/topics/dw4sd/themes/osh/lang–es/index.htm
Reig-Botella, A., & Pantín, N. R. (2019). Organizaciones saludables y sostenibilidad: aportaciones desde la formación de la psicología organizacional positiva. Revista de Investigación del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales, (15), 21-44.
Vargas‐Martínez, A. M., Romero‐Saldaña, M., & De Diego‐Cordero, R. (2021). Economic evaluation of workplace health promotion interventions focused on Lifestyle: Systematic review and meta‐analysis. Journal of Advanced Nursing, 77(9), 3657-3691.
World Commission on Environment and Development (1987). Our common future. The Brundtland Report. Oxford: Oxford University Press
World Health Organization. (2018). Five-year action plan for health employment and inclusive economic growth (2017–2021).